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Paulina García estrena su versión mexicana de Las Analfabetas en Santiago a Mil


Paulina García estrena su versión mexicana de Las Analfabetas en Santiago a Mil

La destacada actriz, quien protagonizó la versión chilena y la película, estrena en Santiago a Mil su adaptación. “Es una mirada distinta a lo que hicimos acá, es cercana y reconocible igual pero con correcciones que podrán apreciar”, señaló.

Por Diana Torres A.

En el año 2011 conocimos a Ximena y Jackeline en la obra chilena La Analfabetas. La primera, es una mujer de cincuenta y tantos años, parca, gruñona y amiga sólo de las plantas, ya que vive aislada para ocultar su analfabetismo. Mientras que la segunda, es una joven profesora desempleada, que carece de tacto y que es contratada por Ximena para que le lea el diario todos los días.

Es en ese quehacer, que Jackeline adquiere la misión personal de enseñarle a leer a Ximena para que pueda descubrir el mensaje que le dejó su padre en una carta muchos años atrás, antes de abandonarla.

A partir de este hecho, comienzan a vivir un proceso de crecimiento que no solo consistirá en aprender a leer y escribir para una, sino que descubren que ambas tienen carencias que las convierten en analfabetas.

El montaje, ha sido una de las obras más premiadas del dramaturgo chileno Pablo Paredes, fue llevada al cine en 2014 y ha sido adaptada en diferentes países de Latinoamérica. En ese contexto es que se presenta en el Festival Santiago a Mil 2017, bajo la direccion de la destacada actriz nacional, Paulina García. La también dramaturga protagonizó el montaje original y la película, y en esta oportunidad dirige a las destacadas actrices mexicanas Dolores Heredia y Gabriela de la Garza.

De la actuación a la dirección

La ganadora del premio Oso de Plata conoció a la actriz mexicana Gabriela de la Garza mientras trabajaban en “Narcos”, la serie de Netflix que cuenta la historia de Pablo Escobar. Desde ese momento “nos hicimos súper buenas migas y ella me contó que estaba buscando una obra de teatro sobre mujeres, y justo yo había llevado a Colombia la película Las analfabetas de regalo a mi cuñada, quien interpretó esta obra también. Entonces se la pasé a ella y ella enganchó”, contó García.

Luego de eso De la Garza intercambió correos con el dramaturgo Pablo Paredes para hacer la obra el México, y después de un tiempo la actriz se comunicó con Paulina para pedirle que se hiciera cargo de la dirección.

Cuando a Paly García le preguntan sobre las diferencias de esta propuesta con la original, se detiene inmediatamente en una lectura sobre lo que fue el financiamiento en Chile, versus el apoyo que recibieron en México. “Para esta producción teníamos muchos más recursos y fondos de los que teníamos cuando la hicimos por primera vez con Valentina Muhr”. En esa oportunidad cada una de las actrices tuvo que donar fondos de su bolsillo para poder montar la obra. “Para el montaje en Chile no pudimos darnos ningún lujo, en cambio en México hicimos un montaje en donde destaca la iluminación, como si fuese un personaje más, y eso permitió que hiciésemos un trabajo más delicado”, detalló.

A De la Garza se sumó la actriz Dolores Heredia, quien es actualmente la presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. La intérprete, quien encarna a Ximena, representó a la madre de Juan Gabriel en la serie “Hasta que te conocí”, y con Las analfabetas volvió a las tablas luego de 10 años.

Para García, “son dos actrices muy versátiles, creo que lo más interesante es que tenían un sentido del humor muy a flor de piel y una dulzura, como la que tienen los mexicanos. Creo que esto hizo que estas analfabetas mexicanas se vuelvan muy entrañables y muy cercanas. Es una mirada distinta a lo que hicimos acá, es cercana y reconocible igual pero con correcciones que podrán apreciar”, señaló la directora.

Desde su estreno la obra ha sido interpretada en Ecuador, Colombia, Nueva York, ahora en México y próximamente en Argentina. Si bien el dramaturgo nunca pensó que iba a tener ese nivel de repercusión, para García esto se debe a su argumento universal.

“El tema del aprendizaje es algo que atraviesa todas las edades, aprender a leer y a escribir es cómo aprendemos todo después, es el aprendizaje del conocimiento, que requiere esfuerzo, y está planteado en la obra como una actitud política de poner en igualdad de condiciones a alumnos y profesores. También pone en valor el conocimiento del maestro y del estudiante en ese proceso de aprendizaje, y en ese sentido sintoniza con todas las realidades que tienen que ver con el aprendizaje en el mundo”, señaló.

A esto agregó que, “en Latinoamérica evidentemente sintoniza por  partida doble porque el tema del analfabetismo es más frecuente y más intenso que en el primer mundo, y porque es reconocible ese analfabetismo a medias, que es el caso de Ximena, que tiene un mundo de conocimiento vinculado con la realidad. En cambio la maestra, que tiene el conocimiento de la lectoescritura, es una analfabeta en lo emocional, entonces esas disparidades a lo largo de la obra se van difuminando y haciéndose más cercanas. Eso hace que la obra sea tan atractiva”.

A propósito de aprendizajes y centrándonos en todo lo que has tenido que sortear en este ir y venir de proyectos, ¿cómo ha sido lidiar con este proceso de internacionalización?

Ha sido un proceso muy interesante de nuevos trabajos, nuevos encuentros con profesionales de otros países que siempre son muy nutritivos para uno, pero en particular me siento muy honrada de haber podido encontrarme con tanta gente de tantos lugares que me ha permitido ampliar horizontes laborales y también de amistad. La oportunidad de conocer directores y profesionales del área en otros países te va ampliando la mirada sobre lo que uno hace o entiende cómo se realiza lo que haces. Son aires nuevos y frescos. Nunca tuve en mente internacionalizar mi carrera de ningún punto de vista y es desde aquí que incluso el teatro se internacionalizó. Estas son cosas que no esperaba que sucedieran.

En tu trabajo de dirección teatral, has montado obras de Marco Antonio de la Parra, Benjamín Galemiri, Marcelo Simoneti, Jaime Lorca y Alejandro Sieveking, además de Pablo Paredes ¿qué te atrae de estos textos y autores?

Son todos distintos en sí y las razones son múltiples, pero hay siempre una vocación por hacer teatro chileno para sintonizar realidades y públicos, siempre es importante poner un pie sobre nuestra historia y hacer que ésta se vea, y se analice desde el teatro. Eso siempre me provoca. Cada uno son miradas distintas, a veces son razones por encargo o poéticas como es el caso de Pablo. A mi siempre me ha hecho mucho sentido como mira la realidad. Marco Antonio ha puesto una mirada muy interesante sobre el cambio del ser humano chileno después de la dictadura, todo el frenesí capitalista que volvió un poco locos a los chilenos y yo he sintonizado con esa mirada. He montado una obra de Sieveking, pero me gusta mucho la obra por la ambigüedad genérica que proponía y con esa mirada sobre las clases sociales sobre lo que es distinto.

Finalmente, desde tu mirada de actriz , directora y docente ¿ha sido duro ser mujer en el medio teatral y cineasta?

Es difícil decirlo porque es un medio machista históricamente, más que prácticamente. Históricamente porque la dramaturgia y la dirección teatral y también los contenidos han estado enfocados generalmente a historias masculinas, hacer un Shakespeare significa básicamente tener un rol femenino de acompañamiento más que protagónico. Yo no siento que me haya tocado un rechazo evidente pero te diría que en general la ayuda espontánea y las propuestas son beneficiosas más para directores y compañías que son lideradas por hombres, eso es así, es muy difícil escaparse de esa ecuación y cuando puedo la denuncio, lo he hecho y se paga un precio por eso.

Las analfabetas se presenta en el festival Internacional Santiago a Mil del 14 al 17 de enero en el Teatro San Ginés (Sala antigua) a las 20.30 h. El valor de las entradas es de $12.000 a $14.000. Más información aquí. 

 

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