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La mujer que inspiró al creador de Tryo Teatro Banda


La mujer que inspiró al creador de Tryo Teatro Banda

No fue una obra de teatro ni un texto revelador lo que llevó a Francisco Sánchez a destinar su vida a las tablas. El director de una de las compañías más destacadas del país, encontró la inspiración en su propio hogar. Su madre, Neda Brkic, fue quien motivó su pasión por el arte. Aquí, ambos confiesan esa complicidad que hasta hoy les permite trabajar, crear y soñar juntos.

Por Claudia Rojas

Caminan sin dejar de mirarse, sin dejar de hablar, sin dejar de reír. Conversan, gesticulan, idean y sueñan. Por un momento, pareciera que las decenas de personas que transitan a su alrededor no existieran. Si no los interrumpo, de seguro seguirían su andar sin inquietarse por los demás. No pararían de imaginar cómo montar un texto sobre la Conquista Española, los mapuches o la identidad.

A simple vista no se parecen. Ella es de tez blanca, ojos color agua y pelo rojizo. Él, en un tono más oscuro, tiene el cabello crespo, bigotes y rasgos de entre árabe y español.  Y claro, Neda Bkric (71) de papás croatas que emigraron a Italia debido a la Segunda Guerra Mundial y que posteriormente vivió en Estados Unidos, se radicó e hizo familia en Chile. De ahí nació Francisco (43), el menor de cuatro hermanos, pero su mayor compañero en su relación con el arte.

Con sólo 7 años recuerda Pancho –como cariñosamente le dice Neda- la relación entre ambos empezó a transformarse. En pleno living de su casa en Santiago, el más pequeño de los Sánchez no se divertía con autitos ni muñecos, sino que lo movían los acordes barrocos de Vivaldi y Corelli; discos favoritos de su mamá.

Pero inconscientemente, esa complicidad se convertía en necesidad. De padre chileno con abuelo argentino (hijo de españoles), y madre croata-italiana, Francisco creció con un pasado difuso. “Yo tenía que reconstruir un imaginario con la mitad de mis ancestros que no estaban”, recuerda. “Por el lado de ella (su mamá), sólo tenía lo que traía de Italia: la música clásica”.

“Esta necesidad de buscar un referente materno es una cosa que a mí me toca mucho. Yo tengo un tema fuerte con la pertenencia. He escrito dos novelas y las dos tienen que ver con la pertenencia. Es un tema importante en mí, en mi familia, y yo he traspasado a los niños (sus hijos) este tema, esta preocupación, esta urgencia”, complementa Neda.

La muerte y el renacer

Con 44 años, 4 hijos y 2 nietos, Neda quedó viuda. En ese tiempo, Francisco de 17 ya estudiaba Actuación en la Universidad Católica, pero fue este hito en la familia Sánchez lo que haría confirmar aún más su vocación. Y coincidentemente también la de su madre.

Acotada a las labores de casa antes de enviudar, esta croata-italiana siempre limitó sus dotes artísticos a los tiempos libres, y a pesar que el camino se puso difícil tras la muerte de su esposo, no dudó en inscribirse en cursos de poesía, guión de cine y teatro.

Fue un día limpiando los libros de su biblioteca cuando Neda se encontró con un poema del español Federico García Lorca. “Empecé a leer y ¡wow!, qué ganas de saber cómo escribir así. A mí me gustaba mucho la poesía, pero no me atrevía. Ahí dije: yo tengo que aprender a escribir bien y empecé a averiguar”.

La conexión entre ambos en torno al arte empezó a tomar nuevos rumbos. Francisco, a esas alturas estudiante de teatro y novato músico en el Conservatorio, comenzó a tejer una relación intelectual y de co-creación con Neda que no pararía más.

“Mi mamá estaba con la poesía, con la literatura y yo con el teatro. Conversábamos mucho. Cuando ella estudiaba un Diplomado de Comunicación en la Universidad Diego Portales, en sus exámenes actuaba yo.  Después, cuando se fue a vivir a Valparaíso, montó 4 obras y yo la ayudé con la música, con el guión, entonces se fue desarrollando más ese vínculo”.

En la otra vereda, Neda afirma que gran parte de su renacer artístico se lo debe a su hijo. “Yo me inspiré por su entusiasmo. Pancho fue un motor muy grande (…). Él fue mi guía y yo fui la que lo hinchaba (a indagar en textos históricos)”.

Pasión por la historia

En marzo del año 2000, Francisco Sánchez lideró la compañía Tryo Teatro Banda con la intención de trabajar con autores y temáticas chilenas; llegar a lugares alejados del circuito artístico y mezclar las artes de la actuación con la literatura y la música en vivo.

Desde entonces ya han pasado 15 años. Durante una primera etapa, la agrupación montó obras del dramaturgo chileno Juan Radrigán, incursionó en teatro para niños y en 2007, estrenó Cautiverio Felis (sic) en el Teatro de la Universidad Católica, el título que daría comienzo a una nueva fase para este grupo de creadores.

“Me encontré con Cautiverio Felis (sic) justamente en la casa de ella (su madre) en Valparaíso y me pareció una historia increíble de contar. Entonces la desarrollamos, la montamos y luego vino Pedro de Valdivia; La gesta inconclusa; Kay Kay y Xeng Xeng Vilú y de repente… empecé a entender que con esta búsqueda de la historia, de actuarla, de ser los conquistadores, los indígenas, yo estoy un poco como haciéndome parte de esta tierra. O sea, hacerse parte de algo que me ha sido negado porque mi mamá no es chilena”.

Apasionada también por esta forma de abordar la historia, Neda ayudó a la compañía a transformar el emblemático texto de Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, en una especie de novela dividida en actos y escenas para teatro.  Así fue como la también profesora de inglés, empezó a ayudarlos en la traducción de sus guiones, la investigación e incluso, la edición de versos como por ejemplo para La Araucana.

En el invierno de 2012, fueron a la Fiesta del Nazareno de Caguach a estudiar e interiorizarse  sobre la historia que daría vida a La expulsión  de los jesuitas, mismo trabajo que motivaría a la última puesta en escena de la compañía: ¡Parlamento!

El décimo trabajo de Tryo Teatro Banda tendrá su primera temporada entre el 15 de mayo y el 7 de junio en el Centro GAM. La obra es el primer unipersonal de la compañía con la actuación de Francisco y se centra en la historia del Parlamento de Quilín realizado en el año 1641, gracias al cual españoles y mapuches logran llegar a un acuerdo paz poniendo fin a la sangrienta Guerra de Arauco.

“Siempre la historia me ha producido una obsesión y un placer inexplicable y sobre todo, lo que tiene que ver con los indígenas y la conquista de los españoles”, detalla Francisco.

Acá Neda concuerda de nuevo, “el tema de la Conquista Española es el meollo. Tiene que ver con la identidad de un pueblo que ha sido ultrajada, los mapuches. De nuevo, la pertenencia que ha sido un problema de siempre, no sólo vivida por mí (…). Es un problema que ha causado dolores y mucho horror”.

Tópicos que asegura Francisco seguirán siendo el tema central de sus creaciones. De esas mismas en las cuales seguirá interviniendo Neda, acompañada de música clásica, vino y queso. “Ese es el escenario ideal”, dice mirándola Panchito. Lo que queremos, concluye su progenitora, es mostrar que “a través  del teatro, de la literatura, de la música, es posible reconfigurar el mundo y hacerlo más grato, más humano y con eso tú te sientes un pequeño Dios”.

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