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Encuentros breves con hombres repulsivos: una mirada a la condición masculina contemporánea


Estrenada en la última edición de Santiago a Mil, Encuentros breves con hombres repulsivos regresará a cartelera como parte de la programación de Teatro Hoy 2020. Bajo la dirección del argentino Daniel Veronese y con las actuaciones de Francisco Reyes y Marcelo Alonso, la obra se presentará del 3 de abril al 3 de mayo en Teatro Finis Terrae.

Por Lorena Caimanque L.

En Encuentros breves con hombres repulsivos el argentino Daniel Veronese (Buenos Aires, 1955) no teme incomodar. Basada en el libro del escritor estadounidense David Foster Wallace ─ conocido en el mundo por ser el autor de La broma infinita, una de las 100 novelas indispensables del siglo XX según la revista Time─, la obra profundiza en temas como la falta de comunicación entre géneros y la crisis de la masculinidad en la sociedad contemporánea.

Estrenada en Argentina en julio pasado, la versión chilena de Encuentros breves con hombres repulsivos que se podrá ver en Santiago a Mil 2020 contará con las actuaciones de los chilenos Francisco Reyes y Marcelo Alonso, quienes además de compartir escenario por primera vez juntos en teatro, lograrán hacer realidad el antiguo anhelo de trabajar con el director argentino: “Con Marcelo viajamos hace cerca de 10 años a Buenos Aires para entrevistarnos con Daniel Veronese y tratar de levantar algún proyecto junto a él. Por eso es atractivo que hoy finalmente nos juntemos los tres en el marco del festival, porque hace tiempo lo veníamos buscando, queríamos trabajar con él, indagar en su tipo de teatro, explorar esa mano que tiene con el teatro naturalista”, cuenta el actor Francisco Reyes, quien por estos días aprende el texto para un primer ensayo que, a fines de octubre, ambos actores tendrán con el director argentino en Chile.

Francisco Reyes y Marcelo Alonso

¿Cuáles son los temas que se abordan en Encuentros breves con hombres repulsivos?

Marcelo Alonso: He reflexionado mucho sobre eso. Tú sabes que en las obras de teatro todo depende del director, porque el enfoque, la sutileza del texto puede significar cosas muy opuestas a las que uno puede llegar a pensar. Pero hasta ahora me da la impresión de que podría estar bastante cerca del título de la obra, algo hay ahí. Es una mirada súper irónica sobre el masculino en relación al femenino. A propósito de los tiempos, del me too, de lo que estamos viviendo. Es una revisión del masculino con respecto a la sociedad. Adelantar un poco más allá sobre el sentido profundo del texto, o de cómo va a ser atacado, eso tiene que ver con el director.

-Francisco Reyes: Yo estoy recién estudiando la obra y creo que se va a develar un mundo cuando estemos trabajando con Veronese. El descubrimiento real del texto, de esos personajes va a suceder junto a él. Pero hasta donde yo lo he ido procesando, la obra es un ejercicio de dos tipos solos en el que se atreven a expresar esa masculinidad que aún existe y que es bastante miradora en menos e intenta todo el tiempo ser dominante. A pesar que no expresa de manera tan evidente, es una masculinidad súper violenta.

En la obra aparece una mujer que casi que no habla, ¿qué interpretación le dan a este personaje?

M.A: Más que la cantidad que hable, encuentro interesante que ese papel de mujer lo haga un hombre, eso ya habla mucho de la intención del texto. Cuando Pancho habla el relato más largo, soy yo haciendo de mujer que escucha. Cuando yo hablo más extensamente, es Pancho el que hace el papel de la mujer. Me parece que este gesto es muy provocador, porque es un gesto de empatía profunda escuchar a este hombre horrible, hablar acerca de cómo la seduce, y uno como actor ponerse en el rol de la mujer y escuchar eso.

F.R: Me parece que la mujer, al menos en los textos que yo interpreto, es de alguna forma pasada a llevar. Pero todo parte desde una hiperdebilidad masculina que quiere mostrar el texto. Son hombres bien patéticos.

─¿Por qué les atrajo este proyecto?¿Cuál es la importancia de llevar estos temas al teatro?

M.A: Me parece interesante poner la voz de los hombres en esa discusión que hasta ahora ha sido súper difícil. En general todos los varones hemos guardado un respetuoso silencio ante lo que ha ocurrido. Tomar partido, opinar resulta muy delicado. Creo que el valor es que dos actores varones se acerquen al tema junto con el director.

F.R: Es atractivo siempre abordar temas incómodos,. Yo lo hago con el máximo cariño posible, trato de que sea absolutamente verdad, y no ironía, lo que estoy hablando. Que sea el machismo más profundo e incorrecto. Y yo creo que es importante porque son personajes que te van mostrando los contrapuntos. Evidentemente hay una tendencia hacia la igualdad de género, hacia cortar el machismo, por eso es importante ver qué es lo que piensan estos personajes, de dónde viene su psicología, su forma de expresar, de sentir. Yo creo que es bueno ponerlo a la vista, no ocultarlo.

─Y a ustedes como hombres, ¿de qué manera los interpela esta obra?

M.A: Creo que la heteronormatividad también ha moldeado y exigido a los hombres desde que nacen, durante décadas. Si bien es difícil de apreciar a veces, para los hombres en general es complejo distanciarse y reconocer las atrocidades que se han cometido también contra nosotros, porque las víctimas del patriarcado, además de las mujeres, son también los hombres. Y en ese sentido la obra da cuenta de eso, de varios roles miradas súper machistas y violentas de las cuales uno también está preso en la vida.

F.R: A mí me parece que el machismo es algo que todavía existe, que está latente y se va metamorfoseando, buscando su lugar. Y yo creo que es bueno reconocer su existencia, y en ese sentido me parece que lo que hace Foster en su libro es bastante provocador, no sé si era su intención como novelista, más bien me da la impresión que quisiera expresar que son temas muy vivos todavía, que no están superados.

- En el contexto actual, ¿cuál creen que es el lugar y el rol que le compete a los hombres frente a las demandas del movimiento feminista?

M.A: Es difícil encontrar un lugar en este momento para los hombres. A mí me tocó la suerte de quizás tener una vida diferente. Yo soy actor, no me casé, no tuve hijos, no fui heteronormado. Evidentemente la primera y gran víctima de esto han sido las mujeres, porque una cosa brutal, tremenda, horrorosa, imperdonable, es recibir la violencia de otros. Pero también soy capaz de ver el destino de los hombres en el mundo, el destino donde la sensibilidad, la emotividad, la empatía, no son bien miradas en las gerencias comerciales o en los cargos supuestamente pensados para hombres. Todas las características que enaltecen a una persona deben ser sacadas para que ese hombre pueda ejercer el control sobre otros, y en ese sentido el patriarcado, además de las mujeres, cae fuertemente sobre los hombres.

F.R: Creo que una de las cosas que nos puede permitir avanzar en todo los ámbitos es ir abandonando los absolutismos, los dogmatismos. Hay que conseguir la igualdad de género y en ese sentido me parece necesario que el péndulo hoy esté hacia el feminismo, uno como hombre tiene que entender y apoyar esa evolución. Ahora, evidentemente esto no puede significar el sometimiento del hombre por la mujer, llegar a lo mismo pero con signo inverso. Más bien creo que hoy día hay que romper la estructura machista en la sociedad, en el sentido de la dominación política, social y económica, y abrirse o apoyar esas transformaciones, y en eso esta obra aporta a la discusión porque nos obliga a mirar nuestras propias prácticas.

Sobre el director

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Dueño de una extensa trayectoria, Daniel Veronese es director de más de 70 montajes y autor de más de 60 obras teatrales. Es también invitado frecuente del Festival Santiago a Mil, donde se ha presentado en seis oportunidades con espectáculos como Mujeres soñaron caballos (2004), Un hombre que se ahoga (2006), La noche canta sus canciones (2009), Los hijos se han dormido (2012), Los Corderos (2016), entre otros montajes.

En tanto, en esta nueva visita a Chile, el director además presentará La persona deprimida, obra que narra el devenir de una mujer con depresión patológica, y que pertenece, junto con Entrevistas breves con hombres repulsivos —también de Foster Wallace— y Los arrepentidos —del dramaturgo sueco Marcus Lindeen—, a la trilogía Experiencias: tres obras en las que Veronese busca, con distintos mecanismos, introducir al espectador en temas socialmente ásperos, pero al mismo tiempo íntimos y familiares.


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